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$1.060
$39.062
$68.306
El dólar cierra abril de 2025 anclado en los $936, una falsa calma que esconde la presión de factores globales. La estabilidad relativa frente a un euro en $1.060 y una UF en $39.062 no debe confundir: el mercado evalúa riesgos y la letra chica de la política monetaria local.
La cotización del dólar nunca es solo un número. Es un termómetro de confianza, un reflejo de vulnerabilidades y un campo de batalla donde se miden las expectativas contra la dura realidad. Hoy, observar el tipo de cambio exige más que ver el precio; demanda un análisis descarnado de los flujos de capital y la resiliencia de la economía chilena frente a vientos externos que comienzan a soplar con fuerza.
- El Dato: El USD/CLP marca $936 a fines de abril de 2025, mostrando una contención artificial en un entorno donde el euro ya supera los $1.060 y la UF se dispara a $39.062.
- Por qué importa: Esta "tranquilidad" encubre una presión devaluatoria latente. Un peso aparentemente estable frente a un dólar globalmente fuerte sugiere intervención o expectativas de alza de tasas locales, un escenario de alto costo para el crédito y la actividad económica.
- Lo que viene: La próxima señal de la Fed o un dato local de inflación por encima de lo esperado puede romper este frágil equilibrio. La banda de fluctuación se estrecha y la probabilidad de un salto brusco hacia los $950-$970 aumenta.
La frágil estabilidad: un espejismo monetario en medio de tormentas globales
Analizar el tipo de cambio hoy implica desconectar del ruido diario y enfocarse en los fundamentos. Un dólar a $936, en un contexto global de fortaleza del billete verde impulsado por el "hawkish" tone de la Fed, no es un logro, es una anomalía que se paga caro. El Banco Central de Chile posiblemente esté quemando reservas o manteniendo una tasa de política monetaria restrictiva para sostener esta línea, un juego peligroso que sacrifica crecimiento por estabilidad cambiaria.
La brecha con el euro (en $1.060) y, más revelador, con la Unidad de Fomento, es la señal de alarma. La UF, indexada a la inflación pasada, en $39.062 indica que los agentes internalizan una presión de precios estructural. Esto, a la larga, es un veneno para el poder adquisitivo del peso. Los inversores institucionales ya leen esta señal y ajustan sus portafolios, buscando cubrirse en activos dolarizados o unidades indexadas, lo que a su vez retroalimenta la presión sobre la moneda local.
"Un tipo de cambio artificialmente contenido es como contener la respiración: no es una estrategia, es un acto de desesperación que precede a un jadeo violento. El mercado descuenta riesgos futuros, y hoy la prima de riesgo chilena se escribe en la silenciosa huida hacia la UF y el dólar paralelo."
Riesgo & Crisis: los catalizadores que pueden romper el soporte de los $920
La coyuntura actual depende de hilos muy finos. Internamente, cualquier desvío en la senda de la inflación proyectada por el BCCh podría forzar una acción más agresiva, enfriando aún más la economía. Externamente, Chile no es una isla. Una nueva escalada en los precios de la energía, un rebote inesperado de la inflación en EE.UU. que obligue a la Fed a ser más dura, o un episodio de aversión al riesgo en los mercados emergentes, convertirían los $936 en un recuerdo lejano.
Los canales de transmisión son claros: un dólar más caro importa inflación inmediata vía petróleo y bienes importados, presionando aún más al BCCh y generando un círculo vicioso de tasas altas y menor actividad. Para el ciudadano común, esto se traduce en créditos hipotecarios y de consumo más costosos, y en un poder de compra que se erosiona en silencio en el supermercado. La pregunta no es si el dólar subirá, sino qué evento será el catalizador y si las arcas fiscales y monetarias tienen suficiente munición para una defensa ordenada. La cautela, en este escenario, no es pesimismo; es el único realismo posible.