Evelyn Matthei Rechaza BRICS: Impacto en Tu Bolsillo

La declaración de Evelyn Matthei contra los BRICS no es solo una postura política lejana; es una decisión que ya está escribiendo el menú de precios en la feria y el valor de tus ahorros. Te mostramos cómo esta apuesta geopolítica por EE.UU. se traduce, literalmente, en pesos y centavos para tu hogar.

El dólar hoy se mantiene en un terreno delicado, cotizando en $925, mientras el euro se sitúa en $1.081. En este escenario, cada palabra desde el mundo político tiene el peso de una losa para nuestra economía familiar. La UF, esa sombra larga en los créditos hipotecarios y de consumo, hoy marca $39.643.

Cuando la estabilidad es el bien más preciado, una definición clara puede ser un bálsamo o una bomba de tiempo. La carta del pacto "Chile Grande y Unido", con Matthei a la cabeza, acaba de marcar un rumbo: un "no" rotundo a sumarse al bloque de los BRICS y una clara preferencia por una "relación cordial" con Estados Unidos. Esto va más allá de los titulares; es la hoja de ruta que seguirán los capitales que entran o salen de Chile, y esos capitales definen cuánto cuesta todo.

• El Dato: La postura oficial del principal pacto de derecha descarta la integración a los BRICS y refuerza la alianza estratégica con Estados Unidos.
• Por qué importa: Porque la percepción de riesgo-país para los grandes inversionistas se modifica. Un aliado tradicional como EE.UU. puede traer certidumbre a corto plazo, pero alejarse del bloque económico de mayor crecimiento (BRICS) podría cerrar puertas a mercados alternativos y a inversiones diversificadas que presionen los precios a la baja.
• Lo que viene: Espera una mayor volatilidad en el tipo de cambio mientras el mercado digiere esta definición. Si la confianza se traduce en más dólares entrando, podríamos ver un alivio temporal. Pero la dependencia reforzada de un solo polo económico nos hace más frágiles ante sus crisis internas.

Del discurso en La Moneda al precio del pan en la esquina

Pensemos en peras y manzanas. Chile importa gran parte del trigo con el que se hace nuestro pan de cada día. Si nuestra política comercial se inclina decididamente hacia EE.UU. y sus aliados, estamos atados a sus cadenas de suministro y a sus fluctuaciones de precios. Un bloque como los BRICS, con gigantes agrícolas como Brasil, podría ofrecer alternativas y competencia, lo que en teoría ayuda a mantener los costos bajo control.

Lo mismo ocurre con la bencina. Nuestra matriz energética y de combustibles tiene una relación estrecha con mercados globales. Una alianza estratégica con Washington puede garantizar acuerdos, pero también nos vincula directamente al dólar estadounidense y a su política exterior. Cada tensión geopolítica que afecte a EE.UU. nos llegará, sin escalas, al valor por litro en la bomba.

"Elegir con quién comerciar es elegir de qué estará hecha tu canasta familiar. Un camino sin desvíos hacia el norte puede darnos estabilidad hoy, pero nos quita opciones de compra mañana, y en economía, menos opciones siempre significan precios más altos."

La certidumbre tiene un costo, ¿estás dispuesto a pagarlo?

Para el ahorrante común, esta claridad puede ser inicialmente tranquilizadora. Los mercados odian la incertidumbre, y una postura definida puede evitar ataques especulativos brutales contra el peso. Esto protege, en el corto plazo, el valor de tus pesos bajo el colchón o en la cuenta de ahorro.

Sin embargo, la otra cara de la moneda es la rigidez. Al descartar de plano una relación comercial profunda con China o India, países claves en los BRICS, limitamos nuestro acceso a tecnología más barata, a maquinaria a otro costo y a bienes de consumo que ayudan a suavizar la inflación local. Tu próximo celular, los componentes de tu auto o incluso los insumos médicos podrían seguir una ruta más cara y menos diversificada.

La UF, ese termómetro de la inflación a largo plazo, hoy en $39.643, reflejará más temprano que tarde el costo de esta decisión. Un camino predecible atrae inversión, pero un camino con menos salidas puede encarecer el viaje para todos. La pregunta que queda sobre la mesa es simple: cuando vayas a pagar la cuenta del supermercado el próximo mes, ¿reconocerás en ese ticket la firma de una declaración geopolítica?