Kast Inicia Diálogo Empresarial: Mercados Vigilan Expectativas

La reactivación del lobby de alto nivel comienza a definir el guión económico para 2026. Mientras el electo Presidente Kast inicia su «diplomacia corporativa», los mercados observan con recelo la formación de expectativas que podrían chocar con una realidad compleja y un dólar que no baja.

La transición política se mide en gestos, pero el mercado los pesa en consecuencias. Las primeras reuniones de José Antonio Kast con la cúpula empresarial chilena marcan el inicio del inevitable baile de sintonía fina entre el mundo público y privado. Desde este escritorio, sin embargo, el escepticismo es la única lente válida.

Cada handshake en la “Moneda chica” y cada discurso en un evento exclusivo de Icare no son simples fotos protocolares. Son las primeras piezas de un tablero donde se negociará la rentabilidad, la regulación y el riesgo país. Un dólar que coquetea con los $914 y una UF que se acerca con paso firme a los $40.000 no son un decorado neutral. Son el termómetro de un paciente que aún no se recupera.

• El Dato: El martes 6 de enero, Kast recibirá en terreno propio a los presidentes de los seis gremios más poderosos del país, desde la SNA hasta la Abif, en una reunión de alineación estratégica.
• Por qué importa: Esta agenda define la hoja de ruta inicial del gobierno en materia tributaria, laboral y de inversión. Lo que se hable (y lo que se omita) allí generará ondas inmediatas en el tipo de cambio y en las bolsas.
• Lo que viene: Un corto período de euforia controlada en los mercados, seguido de la dura prueba de fuego: traducir las promesas en proyectos de ley que sobrevivan al Congreso y no disparen la prima de riesgo.

El guión ya está escrito: sintonía, promesas y la dura letra chica

El itinerario es de manual. Primero, el encuentro privado y confidencial con los mandamases del capital. Luego, el acto público con Icare, “Prioridades para Chile en la voz del Presidente electo”. Un título que suena a monólogo consensuado. El riesgo aquí es la complacencia mutua.

La promesa de diálogo fluido y de “reactivar la economía” es música para los oídos de cualquier accionista. Pero los inversores veteranos, aquellos que han visto caer gobiernos de todos los colores, saben que entre la foto del salón y la ley promulgada hay un abismo. Un abismo llamado tramitación legislativa, presión social, y limitaciones fiscales reales.

El mercado ya descuenta una agenda pro-inversión. El problema es que la descuenta completa y rápida. Ese es el caldo de cultivo perfecto para una corrección violenta cuando la realidad -siempre más tozuda- imponga sus tiempos y sus recortes. La Abif estará en la mesa, pero el crédito no fluye solo con buenas intenciones; fluye con certidumbre jurídica y con una tasa de política monetaria que el Banco Central, afortunadamente, guarda con celo independiente.

“La historia económica de Chile está plagada de ciclos donde la euforia inicial del empresariado ante un nuevo gobierno se enfría en el primer ajuste a la baja de las proyecciones de crecimiento. La clave no está en la foto, sino en la hoja de Excel que nadie muestra.”

El verdadero riesgo: la brecha entre el relato y los números fríos

Mientras los líderes discuten visiones en salones con aire acondicionado, la calle vive con un costo de la vida indexado a una UF que hoy marca $39.724. El desafío no es lograr aplausos en Icare, sino evitar que el poder adquisitivo de las familias se siga erosionando. Un diálogo público-privado que ignore esta tensión social está construyendo sobre arena.

El cortoplacismo del mercado celebrará cualquier señal de desregulación o bajada de impuestos. Pero el analista de riesgo mira más allá: ¿qué pasará con los ingresos fiscales? ¿Quién financiará el gasto social que, guste o no, es una variable de estabilidad política? La reunión con la Sonami es crucial, pero el precio del cobre no lo decide La Moneda, lo decide un mercado global al borde de la recesión.

La volatilidad es la única certeza. Estas reuniones inauguran un período de alta sensibilidad para el peso chileno. Cualquier desliz, cualquier promesa considerada demasiado ambiciosa o demasiado tímida, se traducirá en movimiento en la pantalla. El tipo de cambio es el juez más implacable, y hoy su veredicto, a $914, es de extrema vigilancia. El próximo soporte psicológico no es $900, es $950. La UF, por su parte, ya huele los $40.000 desde aquí.