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Cuando el decano de los economistas chilenos baraja el voto en blanco o respaldar a la derecha más dura, el mensaje de mercado es brutal: el riesgo sistémico ha anulado el debate tradicional. Tu portafolio, ya sea de inversiones o el salario, opera en un limbo político que nadie quiere financiar.
La indecisión pública de José De Gregorio no es una anécdota electoral. Es un síntoma diagnóstico de alto nivel sobre la parálisis económica de Chile. Un ex presidente del Banco Central, figura referencial, encontrándose en un callejón sin salida refleja la profundidad del quiebre de consensos. Este no es un análisis político liviano; es una señal de alerta temprana para cualquier persona con activos en pesos, deudas indexadas o simplemente un sueldo que pierde poder adquisitivo. La incertidumbre tiene un costo, y se paga en puntos básicos de tasa, en primas de riesgo país y en un tipo de cambio bajo presión constante.
- El Dato: El PIB per cápita de Chile lleva 12 años sin mostrar un “quiebre de tendencia” positivo, según el propio De Gregorio. Un crecimiento anémico que se disfraza de estabilidad.
- Por qué importa: Un país que no crece en términos reales por persona ve estrangularse su potencial de generar empleos de calidad, aumentar salarios y atraer inversión productiva. Es el caldo de cultivo perfecto para el malestar social y las soluciones populistas que, a su vez, ahuyentan capitales. El dólar en $925 y la UF en máximos de $39.643 son el termómetro de esta desconfianza.
- Lo que viene: Un escenario de “elección forzada” entre proyectos que generan recelo en los mercados. La prima por riesgo político seguirá incorporada en los activos chilenos. La presión sobre el Banco Central para mantener o incluso subir tasas, a pesar de un crecimiento raquítico, será una constante mientras la incertidumbre normativa y de seguridad jurídica persista.
El Voto en Blanco del Mercado: Cuando el Consenso Técnico se Rinde
La admisión de De Gregorio es una capitulación. Representa la claudicación de un sector que durante décadas creyó en la tecnocracia como faro. Su rechazo a Jeannette Jara por el “populismo” y la “obsoleta” ideología del PC es predecible. Pero su salto al eventual respaldo de Kast, o su refugio en el voto nulo, es la verdadera noticia. Indica que el establishment económico percibe un riesgo mayor en la continuidad de un modelo agotado que en un giro hacia posturas que históricamente han espantado a Wall Street.
El diagnóstico de estancamiento es inapelable. Tres gobiernos de distintos signos (Bachelet II, Piñera II, Boric) y el resultado es un PIB que avanza a trompicones, sin recuperar el dinamismo perdido. Para el inversor, esto se traduce en un país que ya no es el “jaguar de América Latina”. Para el ciudadano, es una década perdida donde las expectativas se estrellan contra la realidad de una canasta básica que escapa y un crédito hipotecario que cuesta cada vez más UF.
“El estancamiento prolongado es más peligroso que una recesión corta. La recesión genera pánico y acción rápida. El estancamiento crea complacencia, mientras los cimientos se pudren lentamente. Chile lleva 12 años en ese proceso de podredumbre silenciosa.”
La Prima de Riesgo que Tu Bolsillo Ya Está Pagando
Esta indecisión de las élites técnicas no flota en el aire. Se materializa en tu vida diaria. El dólar no cotiza a $925 por casualidad. El euro en $1.077 no es un accidente. Son el precio concreto de la desconfianza. Los capitales huyen de la incertidumbre hacia refugios más seguros, depreciando el peso. La UF en $39.643 es la expresión de las expectativas inflacionarias a largo plazo, un seguro que los mercados se toman ante la posibilidad de que la disciplina fiscal se relaje o que el populismo gane espacio.
La seguridad ciudadana, señalada por De Gregorio como tema de “primer orden”, no es solo un problema policial. Es un costo económico directo. Aumenta los seguros, frena el comercio nocturno, encarece la logística y reduce la productividad. Es un impuesto no decretado que pagan las empresas y, por extensión, los consumidores. Cuando un economista de su talla prioriza esto sobre debates ideológicos “superficiales”, está haciendo un análisis de riesgo puro y duro. Está identificando la variable que puede quebrar definitivamente el frágil equilibrio.
La pregunta incómoda que De Gregorio evade, pero que el mercado formula todos los días, es: ¿qué pasa si ninguna opción genera confianza? La respuesta la ves en la pantalla de tu corredora de bolsa o en el aviso del cambio de moneda. La prima de riesgo se come los rendimientos, encarece los créditos y frena los proyectos. El limbo político se traduce en un estancamiento económico crónico. ¿Cuánto más puede durar esta ecuación antes de que el ajuste, cuando llegue, sea mucho más violento?