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Chile apuesta $2.600 millones a convertir datos médicos en un activo de productividad. En un entorno de UF en máximos y dólar a la espera de la FED, esta jugada de «healthtech» promete eficiencia, pero su letra chica contiene todos los riesgos de un proyecto pionero bajo la lupa del mercado.
Mientras el dólar operaba en un rango estrecho alrededor de los $923 y el euro se fortalecía hasta los $1.075, el mercado local observaba otra señal: la UF continuaba su marcha implacable hacia los $39.643. En ese escenario de costos internos presionados y capital global nervioso, el anuncio de una inyección de capital de $2.600 millones (apenas ~2.8 millones de USD) en un programa nacional de IA para salud suena más a una operación táctica que a una noticia tecnológica. CORFO, junto a UC CHRISTUS y la PUC, lideran el proyecto “PRISMA IA 2.0”. La narrativa es seductora: eficiencia, productividad y un sistema de salud aliviado. Mi trabajo es escarbar debajo del optimismo oficial.
- El Dato: Una inversión de $2.600 millones de pesos (CLP) financia el consorcio. Un monto que, en el contexto de un presupuesto nacional y frente a la valoración de la UF, es más simbólico que contundente. El verdadero capital aquí es el acceso a los datos clínicos del país.
- Por qué importa: La productividad de los servicios es el talón de Aquiles de la macro chilena. Un sistema de salud más eficiente libera recursos fiscales atrapados y mejora el capital humano. Sin embargo, transformar “tiempo clínico” en un activo financiable es un experimento con un alto costo de falla. Si no se materializan los ahorros, el hoyo fiscal se profundiza.
- Lo que viene: Prepárense para un ruidoso “bull market” en el discurso de las «healthtech» chilenas. Esto atraerá capital de riesgo especulativo hacia startups locales. El verdadero test será si los fondos internacionales especializados, más allá de los socios estratégicos anunciados, ponen dinero real sobre la mesa después de la fase piloto.
La IA como Activo de Productividad: Una Cobertura Contra la Inflación Sectorial
En mercados desarrollados, la «healthtech» es un sector en alza. PRISMA IA 2.0 busca replicar eso con un enfoque operativo: optimizar procesos, no inventar gadgets. Es una apuesta por el «retorno sobre la inversión» del capital humano sanitario, el más calificado y escaso del país. Suena impecable. La pregunta incómoda es: ¿quién mide ese retorno y bajo qué métricas? En un sistema con redes pública y privada, los incentivos no están alineados. Lo que es eficiencia para un hospital público puede ser pérdida de ingresos para una clínica privada. La herramienta puede ser brillante, pero la fricción institucional suele ser el principal «short» en estos proyectos.
El alza estructural de la UF es el mejor argumento para esta inversión. Los costos salariales y operativos en salud escalan con ella. Una herramienta que permita hacer más con el mismo personal es, en teoría, una cobertura directa contra esa inflación de costos. Pero la implementación es otro contrato. Los historiales médicos electrónicos son un campo minado de incompatibilidades y soberanía de datos. Microsoft e InterSystems, socios del consorcio, no son organizaciones benéficas. Su participación valida el campo de pruebas, pero también asegura que la futura infraestructura crítica tendrá su sello y sus costos de licencia recurrentes, potencialmente indexados al dólar.
“Esto no es una donación filantrópica de Silicon Valley. Es un ‘due diligence’ en vivo. Microsoft e InterSystems están comprando opciones sobre el futuro digital de la salud chilena a un precio de entrada muy bajo. El ‘premium’ lo pagaremos después, en dependencia tecnológica y costos de escalamiento.”
Un Ecosistema que Atrae Miradas (y Riesgos Sistémicos)
La formación de este «syndicate» público-privado-académico es la parte más inteligente de la jugada. Distribuye el riesgo y aporta credibilidad. Christus Health aporta experiencia global, Claro Chile la conectividad, y la academia el desarrollo. Es un modelo visto en Boston o Tel Aviv. Sin embargo, importar el modelo no garantiza importar el éxito. El ecosistema chileno de capital de riesgo para etapas tardías y escalamiento es aún débil. ¿Qué pasa si el proyecto genera una startup exitosa? Lo más probable es que sea adquirida por un jugador global antes de generar un «unicornio» local, exportando el valor final.
El verdadero riesgo sistémico está en la centralización y seguridad de los datos. Este programa convertirá la información de salud de millones de chilenos en un activo estratégico nacional. Ese activo será, por definición, el objetivo principal de ciberataques cada vez más sofisticados. La resiliencia de esa infraestructura no es un tema IT; es un tema de riesgo país. Si la FED endurece y el dólar repunta bruscamente, presionando nuestras cuentas, ¿estarán los presupuestos futuros para mantener el nivel de seguridad que un activo de esta magnitud exige? La UF no perdona, y los hackers menos.