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La renuncia de dos árbitros consecutivos en el millonario juicio entre Codelco y el consorcio Belaz-Movitec abre una caja de Pandora sobre la gobernanza corporativa en Chile. Este caso, con demandas que superan los $229 mil millones, no es solo un pleito legal; es un stress test para la confianza de los mercados en un actor clave para las cuentas fiscales.
Mientras en Wall Street la volatilidad se mide en puntos del VIX, en Chile a veces se mide en la solidez de sus instituciones arbitrales. El intrincado conflicto entre la estatal cuprífera y el consorcio de origen bielorruso, ahora sumido en una inesperada vacancia en el tribunal que debe dirimirlo, proyecta sombras que van más allá de los tribunales. En un contexto global donde la confianza inversionista es tan frágil como el yen japonés, cualquier señal de debilidad en los mecanismos de resolución de disputas puede tener un costo de capital tangible.
- El Dato: El arbitraje enfrenta demandas cruzadas por un total que supera los $229.500 millones (cerca de USD 248 millones al tipo de cambio actual), una cifra que equivaldría a una nota de crédito soberano para una nación pequeña.
- Por qué importa: Codelco es el motor del cobre chileno y, por extensión, un pilar del peso chileno (CLP). Litigios de esta magnitud, rodeados de opacidad y cambios abruptos, inyectan riesgo operativo y reputacional, factores que los fondos internacionales penalizan con salidas de capital y presión sobre el tipo de cambio.
- Lo que viene: Una nueva designación de la Cámara de Arbitraje esta semana, con el reloj corriendo. El nuevo árbitro podría extender el plazo del proceso, prolongando la incertidumbre sobre una de las empresas más vigiladas por el mercado de commodities mundial.
Un Arbitraje en el Ojo del Huracán: De Santiago a los Conflictos de Gobernanza Global
La trama tiene capas que rivalizan con las de una corporación multinacional en aprietos. Lo que comenzó como una disputa contractual por retrasos en la división Salvador de Codelco se transformó en un laberinto judicial y arbitral. La salida del árbitro Francisco Aninat, alegando “maltrato o injuria” por una de las partes –una causal tan rara en el mundo arbitral como un día sin movimiento en la bolsa de Frankfurt–, fue la primera señal de fricción extrema. Su reemplazo, Pedro Hernán Águila, declinó apenas una semana después, al visibilizarse su participación previa en un fallo relacionado con las mismas partes durante su paso por la Corte Suprema.
Este baile de nominaciones y renuncias en un caso de tal envergadura es un fenómeno que observamos con preocupación. En los mercados desarrollados, la predictibilidad de los sistemas de justicia y arbitraje es un input fundamental para fijar el riesgo país. Cuando esa predictibilidad se resquebraja, el costo lo termina pagando el conjunto de la economía. La conexión con el escándalo de la ex ministra Vivanco, cuyos fallos favorables a Movitec ahora están bajo la lupa de la Fiscalía, añade una capa de riesgo legal y político que los analistas de crédito no pasarán por alto.
“La confianza es la moneda más dura en los mercados internacionales. Un proceso arbitral de esta magnitud, envuelto en turbulencias procesales y vínculos con casos de corrupción, es como ver caer el índice de transparencia de un país en tiempo real”, analiza un experto en derecho corporativo global.
El Costo Oculto para el CLP y la Inversión Minera
Mientras el dólar hoy cotiza a $923 y la UF trepa a $39.647, los fundamentos que sostienen esas cifras son complejos. Codelco no es solo una empresa; es un activo estratégico nacional. Litigios de años, con montos que superan los $150 mil millones en demanda reconvencional, significan provisiones contables, incertidumbre en la ejecución de su agresivo plan de inversiones y un desgaste institucional severo. Para un inversionista extranjero que evalúa destinar capital a la minería chilena versus Perú o Canadá, estos elementos son parte de la ecuación.
La demora en resolver este conflicto opera como un lastre silencioso. Cada mes de incertidumbre es un mes en que la atención gerencial se desvía de la productividad operacional, clave para recuperar los niveles de producción que el mercado del cobre demanda. En un escenario donde la FED mantiene tasas restrictivas y el crecimiento chino es moderado, Chile no puede darse el lujo de que su principal compañía esté inmersa en batallas legales interminables. La designación que haga la CAM esta semana no será solo la de un árbitro; será una señal potente sobre la capacidad de Chile para ofrecer un suelo firme para inversiones de billones de dólares. El mercado, como siempre, está mirando.