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La Comisión Nacional de Energía (CNE) confirmó una baja técnica del 2% en las tarifas eléctricas para enero de 2026. El impacto en el bolsillo será marginal y no moverá la aguja de la inflación, en un escenario donde la UF y el dólar siguen marcando la pauta del costo de vida.
La noticia llegó como un parte técnico, no como un anuncio político. La Comisión Nacional de Energía (CNE) revisó sus números y ajustó a la baja las tarifas eléctricas en un 2%, un movimiento que se hará efectivo en enero de 2026. En ValorDolar.cl no nos sorprende. Estos reajustes por fórmulas son parte de la mecánica del sistema, pero el ciudadano promedio los recibe como una promesa lejana en un presente financiero complejo.
Mientras escribo esto, el mercado no se inmuta. El dólar opera en $946 y la UF, el verdadero termómetro de las deudas largas, escala a $39.643. Un ajuste del 2% en un ítem, con vigencia en más de un año, es una variable menor en esa ecuación. El euro, por su parte, se mantiene en $1.073, reflejando presiones globales que pesan más que cualquier corrección local en energía.
- El Dato: Baja del 2% en tarifas eléctricas para enero de 2026, fruto de una revisión técnica de la CNE.
- Por qué importa: Porque el gasto en electricidad es un componente del IPC, pero su efecto aislado es acotado. No bastará para alterar las proyecciones inflacionarias ni la política monetaria del Banco Central.
- Lo que viene: Un alivio minúsculo y diferido en el tiempo. La presión real sobre el presupuesto familiar seguirá viniendo de la UF, el tipo de cambio y el precio de los alimentos.
El Análisis Frío: Un Alivio Técnico en un Desierto Inflacionario
Los economistas que seguimos ya tienen el veredicto. Hablan de un impacto "acotado" en el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Traducción: no espere que esto frene la inflación. El peso específico de la electricidad dentro de la canasta del IPC no es suficiente para generar un terremoto estadístico. El Banco Central de Chile mira variables más gruesas: el empleo, el crecimiento, la liquidez global y, sobre todo, las expectativas. Un 2% en la luz para el 2026 no está en su radar de decisiones de tasa.
La verdadera historia no es la baja, sino el timing. Un ajuste que se materializa en más de 12 meses es, en la práctica, una promesa sujeta a la volatilidad del período. ¿Qué pasará con el precio de los combustibles, clave en la generación eléctrica, de aquí a entonces? ¿Cómo afectará un eventual fenómeno de El Niño a los embalses? La fórmula puede cambiar, y con ella, el resultado final para el consumidor.
"En el análisis de mercado, descontamos este tipo de movimientos de inmediato. Su valor presente es casi nulo. La variable dura hoy es la UF a $39.643 y su efecto en créditos hipotecarios y arriendos. Eso sí quema el bolsillo ahora", comenta un analista de renta fija local.
El Bolsillo 2026 Versus la Realidad 2025
Entonces, ¿es una buena noticia? Técnicamente, sí. Cualquier reducción en un gasto fijo es bienvenida. Pero el análisis premium obliga a ponerla en perspectiva. Para enero de 2026, ese 2% podría quedar completamente absorbido por el alza natural de otros costos. Es como recibir un bono de $5.000 mientras tu dividendo mensual sube $50.000 indexado a la misma UF que no deja de trepar.
La estabilidad tarifaria es un pilar, sin duda. Pero el foco del mercado y de las familias con el lápiz en la mano está en otro lado. Está en el poder adquisitivo erosionado por una inflación que se resiste a ceder del todo. Está en el dólar, que define el precio de todo lo importado. Está en la UF, esa sombra alargada sobre cualquier compromiso a largo plazo.
Este anuncio de la CNE es un recordatorio de que la economía se mueve con datos duros, no con anuncios. La corrección es real, pero su significado económico es limitado. La pregunta que queda flotando es más cruda: ¿cuánto habrá subido el costo de la vida para cuando ese 2% de alivio finalmente toque nuestra cuenta?