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$932
$1.066
$39.643
$69.542
Las elecciones parlamentarias dejaron una lección de mercado: la fama tiene una cotización volátil y su liquidez para conseguir votos es baja. Mientras, el dólar se mantiene firme sobre los $930, recordándonos que la verdadera estabilidad se mide en el poder adquisitivo de las familias, no en el rating de pantalla.
El 17 de noviembre de 2025, más de un analista tenía los ojos puestos en dos pantallas: la de las divisas y la del escrutinio electoral. Por un lado, números fríos que dictan el costo de la vida: el dólar anclado en $932, el euro en $1.066 y la UF rozando los $39.643. Por otro, un experimento social en tiempo real: ¿podría la popularidad mediática convertirse en capital político? Los resultados fueron un masterclass sobre el valor real de las cosas, una lección que va desde el hemiciclo hasta el supermercado.
- El Dato: Solo un puñado de una veintena de famosos que compitieron logró un escaño. La gran mayoría, incluyendo figuras de alto perfil, no pasó el filtro de las urnas.
- Por qué importa: La estabilidad política y la confianza en las instituciones son variables fundamentales para los mercados. Un Congreso percibido como sólido y serio puede tranquilizar a los inversionistas, conteniendo presiones sobre el dólar y, por ende, sobre la inflación que sentimos en la feria.
- Lo que viene: Un parlamento con menos "hype" y posiblemente más negociación técnica podría influir en la discusión de reformas económicas. Debemos observar si esta tendencia se traduce en menor volatilidad legislativa, un factor que el mercado siempre premia con estabilidad cambiaria.
El "Rating" no Es un Activo con Buena Tasa de Retorno
La analogía es perfecta para nuestra economía doméstica. Uno no compra un auto solo porque brilla en el comercial; revisa su consumo, su seguridad, su reventa. Los votantes chilenos hicieron lo mismo. Frente a una boleta llena de rostros conocidos, aplicaron un análisis fundamental riguroso: ¿cuál es el historial laboral de este candidato? ¿Su propuesta tiene contenido o solo eslogan? ¿Me representa de verdad? La gran mayoría de los "productos" impulsados solo por marketing de fama declararon quiebra en las urnas.
Esto tiene una lectura económica profunda. La confianza, ese activo intangible, es la moneda más fuerte. Cuando vamos al banco a pedir un crédito hipotecario, nuestro "historial crediticio" (nuestra trayectoria de pago) vale más que una cara bonita. El ciudadano, en el cuarto oscuro, actuó como un banquero exigente: le pidió historial y proyección de solvencia a sus futuros representantes. Los que solo ofrecían "carisma" o "exposición mediática" vieron denegada su solicitud de voto.
"En las finanzas personales y en la política, el 'hype' es una divisa que se devalúa rápido. La confianza, en cambio, es como la UF: se construye con consistencia y respaldo tangible a lo largo del tiempo."
Un Dólar Estable Necesita Cimientos Políticos Sólidos
¿Qué tiene que ver todo esto con que el pan esté caro o que la bencina suba? Todo. El valor del dólar que vemos cada mañana es un termómetro de la percepción de riesgo país. Inestabilidad política, incertidumbre legislativa o gobiernos débiles suelen empujar al alza la cotización del billete verde. Un dólar más alto encarece de inmediato los productos importados, desde el trigo hasta los repuestos de los autos, y ese costo termina en la cuenta final del supermercado y la bomba de bencina.
La decisión colectiva de premiar la sustancia sobre el espectáculo puede leerse, entonces, como una inversión en estabilidad. Al elegir perfiles con mayor probabilidad de generar diálogo y políticas de estado (aunque no sean "trending topic"), la ciudadanía está, inconscientemente, apostando por un escenario que no asuste a los mercados. No es una garantía, claro. Pero envía una señal: el piso político busca solidez. Y un piso sólido es el mejor amortiguador para cuando los vientos globales intenten empujar nuestro dólar por sobre los $950.
El nuevo Congreso tendrá la palabra sobre reformas tributarias, pensiones y gasto público. Decisiones que directo impactan la UF, las tasas de interés y tu capacidad de ahorro. La pregunta final es de largo plazo: ¿esta preferencia por la sustancia logará traducirse en políticas económicas predecibles y de calidad? Nuestro bolsillo está atento a esa respuesta. La inflación no se frena con discursos viralizados, sino con decisiones serias.