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$936
$1.060
$39.062
$68.306
El dólar observado cotiza en $936, una cifra engañosamente tranquila. La verdadera acción, y la que define el bolsillo de quien quiere comprar una vivienda, está en la UF, que hoy marca $39.062 y en la decisión de tasas que tomará el Banco Central de Chile en las próximas semanas.
El tipo de cambio es un espectáculo diario, pero para el inversor inmobiliario es solo una parte del escenario. La ecuación real se escribe en UF y en el costo del dinero. Mientras el mercado especula con cada centavo del dólar, los activos duros "“ departamentos, casas, oficinas "“ se valoran en una unidad que no se deprecia: la Unidad de Fomento. Hoy, con una inflación a la baja pero persistentes presiones externas, entender la tensión entre el tipo de cambio y la política monetaria local es lo que separa a un comprador inteligente de uno que solo reacciona a los titulares.
- El Dato: La UF se posiciona en $39.062, su nivel más alto en términos nominales, mientras el dólar se mantiene relativamente contenido en $936 y el euro en $1.060.
- Por qué importa: El valor de la UF ajusta mensualmente los dividendos hipotecarios y el precio de las propiedades que se transan en esta unidad. Un dólar estable pero una UF al alza refleja presiones inflacionarias domésticas que el Banco Central aún vigila de cerca, impactando directamente las tasas de los créditos.
- Lo que viene: El foco está en la próxima reunión del Banco Central. Si la tendencia a la baja de la inflación se consolida, podríamos ver un recorte más agresivo de la tasa de política monetaria, abaratando gradualmente el costo del crédito hipotecario y reactivando la demanda en segmentos medios.
La UF, no el dólar, es tu verdadero termómetro para comprar propiedad raíz
Analizar el mercado inmobiliario chileno a través del vaivén del dólar es un error de principiante. El precio de un departamento en Providencia o una casa en La Reina no se mide en dólares, sino en UF. Por eso, cuando la UF sube, los precios expresados en esta unidad tienden a estancarse o incluso a corregirse, mientras que en pesos chilenos alcanzan nuevos máximos. Esta dinámica crea una ilusión óptica peligrosa. Un comprador ve el precio en pesos y piensa que todo está por las nubes, pero al cotizar en UF, puede encontrar que un activo en una buena ubicación hoy vale lo mismo que hace 18 meses. Esa es la oportunidad. La clave está en el financiamiento. Un crédito hipotecario en UF es, en esencia, un préstamo indexado a la inflación. Con la UF en $39.062, cada punto de tasa que baje el Banco Central se traduce en un alivio inmediato y futuro en la cuota mensual. Hoy, el spread bancario sigue alto, pero la dirección del costo del dinero es clara: a la baja. Quienes estén preaprobados o con ahorros en UF están en la posición ideal para negociar.
"En el barrio alto de Santiago, un departamento de 1.000 UF hoy vale $39 millones, no los $45 millones que parecía valer cuando el dólar sobrepasaba los $1.000. El inversor pragmático compra UF con deuda barata, no espera a que el dólar le dé una señal que nunca llegará para el mercado local."
El momento de estructurar tu deuda: tasas hipotecarias a la espera de un giro
La estabilidad relativa del dólar alrededor de los $930-$940 libera al Banco Central de Chile de una presión cambiaria inmediata, permitiéndole enfocarse en el crecimiento económico. Este es el caldo de cultivo para una nueva etapa en el crédito. Las tasas hipotecarias fijas en UF ya han comenzado a mostrar leves descensos, anticipando el ciclo de bajada. Sin embargo, el juego ahora es de timing. Entrar al mercado inmobiliario justo cuando las tasas comienzan a caer, pero antes de que los precios en UF reaccionen al alza por el aumento de la demanda financiada, es la ventana óptima. No se trata de encontrar el dólar más bajo, sino de asegurar la tasa de interés más conveniente para los próximos 20 años. Los proyectos inmobiliarios nuevos, que tienen costos ligados a insumos importados (dólar) y mano de obra indexada (UF), ven aliviadas sus estructuras de costo con este escenario, lo que podría traducirse en ofertas más competitivas para liquidar inventario. La pregunta para el comprador real es clara: ¿prefieres seguir especulando con los centavos del dólar o empezar a pagar un dividendo que, en términos reales, será cada vez más liviano?